martes, 1 de septiembre de 2015

LIderazgo 101- John Maxwell / reflexiono





            Aprender es un proceso que dura toda la vida. Cualquier persona con metas y proyectos definidos comprende el aspecto imperativo de la experiencia de aprendizaje. Más bien, podría describirse como el conjunto de experiencias a través de las cuales nos formamos en los diferentes aspectos de nuestra persona. Si una persona cree en el éxito y desea alcanzarlo, el camino se define al desarrollar relaciones, capacitación, actitud y liderazgo.
            Algunos datos aportaron mucho crecimiento en mí al leer Liderazgo 101 de John Maxwell: la capacidad de influenciar a otros que poseemos como personas, la concepción equivocada de que un buen administrador es un buen líder, y el carácter comunica respeto. Hay otros aspectos, de todas formas estos llamaron mucho mi atención.
            He dirigido una empresa por los últimos veinte años. Podría parecer sencillo, a primera vista, pero ha sido  un largo camino con muchos obstáculos y victorias. Hoy en día, reconozco que soy una mujer privilegiada. Nuestra empresa – Dent-Oral – se inicia con el objetivo de ofrecer servicios dentales a sus pacientes. Sin plan, sin más meta que el servicio, con sólo mucha voluntad y deseos de ver algunos sueños realizados. Nace después de una experiencia que cataliza ideas que hasta el momento dormían. El proyecto se inicia y continúa su desarrollo a través de los años alcanzando una meta tras otra de acuerdo íbamos evolucionando.
            Si lo pudiese describir en detalle, probablemente me tomaría muchas más páginas que las que dedicaré a este ensayo. En resumidas cuentas, la energía que me mueve ni yo misma sabía que existía hasta un momento clave en mi historia como persona y que afectó por ende otros aspectos de mi vida de forma drástica.
            Para finales de los 90’s, ya graduada de odontología y con un postgrado en endodoncia, regreso a Republica Dominicana después de una muy fructífera experiencia en Tel Aviv University en Israel. Esta oportunidad la puso en mis manos mi padre, presidente de un Club Rotario y a través de cuya fundación recibí una beca completa para cursar estudios de postgrado. Muchos conocimientos frescos, mucha energía y entusiasmo, eran mi orgullo. Había muchos planes y de inmediato me puse manos a la obra. Mis labores y mis estudios posteriores me llevaron desde una práctica privada hasta participar durante años como gremialista en la Asociación Odontológica Dominicana. En el ínterin, participé en la fundación de un nuevo Club Rotario en Santiago donde continué aprendiendo acerca de organizaciones exitosas y prósperas que apoyan a las comunidades a alcanzar desarrollo. EL proceso ha sido gradual y provechoso. Aprender se hizo hambre. Descubrí que mientras más puertas abría, más había y que esos conocimientos llevados a la práctica beneficiaban a muchos más además de mí.
            Un camino hermoso se ha tejido; he sido bendecida con el privilegio de haber participado en movimientos y empresas que han tocado la vida de muchas personas. Cuando John Maxwell se refiere a la capacidad de influencia que tenemos, estas experiencias aparecieron como lluvia en mi mente. Cuántas personas me han influenciado y de las cuales he aprendido! Cuántas tantas he influenciado con mis acciones! Quizás había pasado por alto la gran influencia que ejerce mi forma de ser y actuar en otras personas. Ahora se me ha hecho evidente y recrea sentimientos de felicidad, gratitud, responsabilidad…. Identifico en mí esta cualidad de líder. Antes más bien, me identificaba como una luchadora ferviente, perseverante, y responsable. Ha sido agradable identificar esta cualidad en mí como persona.
            Dentro de las personas que forman parte del personal de Dent-Oral, hay algunas que han estado conmigo de los inicios. En alguna ocasión, una que otra se dirigió a mí para decirme que no trabajaban conmigo por dinero, sino porque yo las inspiraba, las conocía, las apoyaba…. Más de una vez lloré de emoción porque me sorprendían sus palabras o las expresiones de cariño que tenían conmigo o incluso con mis hijos. Hace dos años murió mi esposo de repente a causa de un aneurisma. Todo el equipo hizo duelo conmigo; acompañándome en mi muy peculiar manera de guardar luto: al otro día temprano como de costumbre, ahí estaba yo trabajando con ánimo y entusiasmo porque mis pacientes lo merecen y ellas también. Sin excepción, cada miembro del equipo ofreció su apoyo y ayuda para que yo fuera a descansar unos días. Estas experiencias nos hacen crecer, son invaluables. Nos brindamos apoyo unos a otros como cual familia.
            En un ambiente de fraternidad y armonía, se desarrolla Dent-Oral donde somos y existimos por nuestros pacientes y nosotros mismos como equipo. Esta atmósfera provoca alto rendimiento y efectividad. Se ha logrado mucho en conjunto. Cada cual es líder en su área, cada quien es responsable de su sección de producción y servicios, cada persona se identifica con el empresa como parte de su vida, todos ponen su mejor esfuerzo para corregir y hacer crecer. A pesar de que hayamos encontrado en el camino algunas personas que no hayan unido sus esfuerzos a los nuestros, hemos flanqueado exitosamente las dificultades o en algunos casos las despedidas inevitables.
            Aquellos miembros del equipo que han perdurado trabajan para alcanzar las metas establecidas. Cada proceso, cada procedimiento y cada detalle son tomados en cuenta como importantes y esenciales. Esta actitud genera la motivación necesaria para ser altamente efectivos. En esto puedo visualizar la Ley del Tope mencionada por el autor de este libro; no como un líder del grupo solamente sino como que cada quien es líder en sí mismo a favor de todos para alcanzar mayor efectividad como equipo donde se ve superada la ley del rendimiento decreciente – el líder unido al esfuerzo de todos produce mayor rendimiento.
            Todo este trabajo se ha ido desarrollando con el tiempo.  Han sido años de trabajo, estudio y esfuerzo de una meta en otra y la persecución de nuevas metas más. El camino es continuo – como sostiene la Ley del Proceso; la perseverancia es esencial. Me identifico en la misma sintonía de John Maxwell en Liderazgo 101. Un líder se hace, se construye, se forma, se educa, desarrolla su potencial….Comienza por liderarse a sí mismo mediante la autodisciplina, el orden y el enfoque efectivo de las prioridades. Un líder aprende de los errores y obstáculos, comparte sus experiencias con sabiduría, se mueve por pasión y su motivación primera es el servicio a favor de los demás. Por éstas y tantas otras razones, un líder se ve acompañado por seguidores que como equipo comparten una visión con entusiasmo. Un líder guía al éxito por el sendero organizado al ir alcanzando metas graduales que marcan el sendero hacia un objetivo ulterior. Ha desarrollado un vínculo basado en la confianza y la comunicación, de carácter fuerte inspira respeto. Sus habilidades van más allá que las de un administrador, quien aunque exitoso podría no ser líder como tal.
            Un líder es seguido por voluntad, en libertad y confianza; sus seguidores obvian los cargos e imposiciones cuando se trata de identificar y seguir a su líder. La influencia que el líder ejerce en los demás, se corresponde con una característica esencial de su persona como tal. Es admirado como persona, por sus aportes, por el apoyo ofrecido, por ser quien es y aquello que representa.
            Si ha de existir una fórmula a seguir para mantener el liderazgo efectivo, el líder ha de reconocer y aceptar el compromiso que implica su rol; mientras más alto nivel alcance, más capacidad para dirigir, mayores los cambios efectivos y el crecimiento alcanzado. Además, nunca debe olvidar que cada nivel de liderazgo se sostiene en el nivel anterior y su guía para que cada persona alcance más alto niveles es imperativa; manteniendo aquellos que influencian el grupo consigo. El reconocimiento es muchas veces todo lo que necesitamos como premio.

“ Toda persona es un líder; no todos serán grandes líderes, pero todos podemos ser mejores líderes”.

Un abrazo, 
Glenda 

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